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jueves, 28 de noviembre de 2013

LA GLOBALIZACION BAWMAN


CONSECUENCIAS HUMANAS.
La “globalización” está en boca, la palabra de moda se transforma rápidamente en una llave destinada a abrir las puertas a todos los misterios presentes y futuros. Algunos consideran que la globalización es la causa de la infelicidad. Todos entienden que es un proceso irreversible que afecta de la misma manera y en idéntica medida a la totalidad de las personas.
El fenómeno de la globalización es mas profundo de lo que salta a la vista. La globalización divide en la misma medida en que une: las causas de la división son las mismas que promueven la uniformidad del globo.
Nos guste o no, por acción u omisión, todos estamos en movimiento. Lo estamos aunque físicamente permanezcamos en reposo: la movilidad no es una opción realista en un mundo de cambio permanente. Sin embargo, los efectos de la nueva condición son drásticamente desiguales. Algunos nos volvemos plena y verdaderamente globales; otros quedan detenidos en su “localidad”, un trance que no resulta agradable no soportable en un mundo en el que los “globales”  dan el tono e imponen las reglas del juego de la vida.
Ser global en un mundo globalizado es una señal de penuria y degradación social.
Los procesos globalizadores incluyen una agregación, separación y marginación social progresiva.

1. Después del estado nacional… ¿Qué?
En la generación anterior, la política social se basaba en la creencia de que las naciones, y dentro de estas las ciudades, podrían controlar su fortuna; ahora se abre una brecha entre la política y la economía.
La velocidad global del movimiento toma impulso. La economía se desplaza rápidamente; lo suficiente para mantener ventajas sobre cualquier gobierno que intente limitar sus movimientos. La reducción del tiempo de viaje a cero introduce una nueva dimensión.
En un mundo donde el capital no tiene domicilio establecido y los movimientos financieros están fuera de control de los gobiernos nacionales. , muchas palancas de la política económica ya no funcionan.
Parece que el estado nacional se erosiona, se extingue. Las fuerzas que lo erosionan lo excluyen del terreno de la acción. La imagen del desorden global refleja la nueva conciencia de las que antes parecían estar controladas. Se diría que nadie controla el mundo. En estas circunstancias no esta claro que significa controlar. Las iniciativas y las acciones destinadas a poner orden son locales y están orientadas a resolver problemas.

2. ¿Universalizar o ser globalizado?
Esta percepción novedosa y molesta de que “las cosas se nos van de las manos” es la que se expresa en el concepto de globalización. Expresa el carácter indeterminado, ingobernable de los asuntos mundiales. La globalización es el nuevo desorden mundial.
La globalización y la colocación en el polo opuesto de otra idea: la universalización.
La idea de universalización transmitía la esperanza, la intención de crear un orden universal: la creación de orden a una escala universal, verdaderamente global. Crear condiciones de vida similares para todos, en todas partes; de dar a todos las mismas oportunidades, y tal vez incluso crear la igualdad.
Nada de ello permanece en el significado de globalización. La globalización no se refiere  a lo que nosotros queremos o esperamos hacer, sino a lo que nos sucede a todos. La debilidad de las agencias encargadas de imponer el orden (el estado) en una parte del mundo adquirió el significado de construir un Estado dotado de la soberanía para realizar ese cometido.
El estado es una entidad separada de la colectividad instituida de manera tal que se asegure la permanencia de esa separación.
La tarea de crear el orden social requiere esfuerzos enormes, a su vez exige recursos que solo el estado, con la horma de un aparato burocrático jerárquico puede reunir.
 La capacidad de crear el orden era inconcebible si no se apoyaba en la aptitud para defender el territorio contra los embates de otros modelos de orden, interiores o exteriores.
Pocas poblaciones aspiraciones a la soberanía estatal poseían los recursos suficientes para superar una prueba tan exigente y, por lo tanto, considerarla una perspectiva. Existían pocos estados.
En esas circunstancias, la “escena global” era el teatro de la política entre estados que apuntaban a conservar las fronteras de cada uno de aquellos. La “política global” se ocupaba de sustentar la soberanía plena de cada uno y rechazar el peligro de ambivalencia.
Promovía un principio nuevo de integración supraestatal. La “escena global” se convertía en el teatro de la coexistencia entre grupos de estados, en lugar de entre todos estos.
La supraestructura política de la era del Gran Cisma ocultó las abdicaciones más importantes y del mecanismo de creación de orden. El mas afectado por el cambio del estado.

3. La nueva expropiación: Esta vez, del estado.
La función que mas brilla por su ausencia, ya que ha sido abandonada por el estado es la de mantener el “equilibrio dinámico” –la igualdad aproximada entre los ritmos de crecimiento del consumo y el aumento de la productividad-.
El control del “equilibrio dinámico” ha quedado fuera del alcance de a mayoria de los estados soberanos (en el sentido policial de imposición del orden).
Debido a la difusión ilimitada de las normas de libre comercio al movimiento sin trabas del capital, la economía se libera de todo control político, el significado principal del termino economía es “el área de lo no político”.
La única tarea económica que se le permite al estado es mantener el “presupuesto equilibrado” en la defensa de la población entre las consecuencias de la anarquía del mercado.
La libertad de los movimientos y la industria informática globales dependen de la fragmentación política.
Al separar la economía de la política se produce algo mas que el cambio en la distribución del poder socia.
Una de las principales consecuencias de la nueva libre global de movimientos resulta cada vez más difícil lanzar una acción colectiva eficaz a partir de los problemas sociales.


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